«Lo que vemos cambia lo que sabemos. Lo que conocemos, cambia lo que
vemos.» Jean Piaget
Los pequeños siempre se están haciendo preguntas porque hay muchas cosas
que desconocen. Pero a veces no está de más cuestionarse lo que parece
evidente. Los interrogantes, las dudas, ponen en tensión nuestro cerebro,
provocan millones de conexiones neuronales y lo ejercitan para el desarrollo
del conocimiento.
Incluso un objeto tan reconocible como una manzana puede disparar nuestra
mente y ser el origen de una extraordinaria divagación que, en el caso de
nuestro protagonista le lleva a plantearse «Y si fuera mi tataratatarabuelo,
que se ha reencarnado en manzana y viene a hacerme una visita» o «Quizá
sean todos manzanas excepto yo».
Con frases que comienzan con «podría ser» o «quizá sea» se pone en marcha
una letanía de suposiciones, todas con una base lógica, no solo acerca de la
naturaleza del objeto en sí; sino también de su forma de ser, de su historia
pasada y futura, creando incluso un vínculo afectivo entre objeto y sujeto.
Shinsuke Yoshitake, autor de Atascado (Barbara Fiore, 2018), es un ilustrador
japonés famoso por sus álbumes conceptuales, en los que, sin alejarse
del universo infantil, plantea cuestiones filosóficas o sobre el sentido de la
vida; pero eso sí, sin perder en ningún momento la perspectiva del humor y
el ingenio desbordante.