No quise matar a Tracey Doran y, al comenzar el verano, nunca habría soñado que este se definiría por su muerte Ella era solo una historia más.
La periodista y madre soltera Suzy Hamilton recibe una llamada de teléfono una mañana de verano y descubre que la protagonista de uno de sus nuevos artículos de investigación, la bloguera de bienestar y salud de veintiocho años Tracey Doran, se ha suicidado esa noche. La noticia la horroriza, pero sale adelante de la única forma que sabe: a través del trabajo, la maternidad y continuando con sus desacertadas aventuras, una tras otra.
Las consecuencias de sus actos le pasan factura durante un caluroso verano en Sídney. Empieza a recibir cartas anónimas amenazantes y, además, sufre la persecución de la madre de Tracey, que quiere que, como acto de justicia sumaria, cuente la historia de su hija, pero, esta vez, la verdadera.
¿Cómo puedes escribir las historias de otras personas cuando no consigues admitir la verdad de la tuya? Una novela absorbente, conmovedora, tristemente tierna, ingeniosa y sabia sobre el matrimonio, la maternidad y los caminos por los que navegamos, para fans de Ann Patchett y Anne Tyler.
Solo una historia más es una exploración tristemente tierna, absorbente, ingeniosa y conmovedora de la culpa, la vergüenza, la ira femenina y, sobre todo, la maternidad, con todos sus problemas y sus virtudes. Solo una historia más es, además, una historia sobre la naturaleza de las historias: quién es su dueño, quién consigue contarlas y por qué las necesitamos. Una novela indudablemente sorprendente, elegante y contemporánea de una nueva escritora llena de talento.