La solución al problema que presenta Howard Gardner en este libro pasa, evidentemente, por la reestructuración de nuestras escuelas, pero en ningún momento desde un punto de vista teórico o alejado de la realidad, sino entendida como una consecuencia lógica de la práctica educativa. De este modo, acercándose a las investigaciones más recientes sobre el terreno del desarrollo cognitivo, Gardner acaba presentando una imagen convincente y dinámica de la mente en acción del niño, basada tanto en espectaculares experimentos llevados a cabo en las aulas y extraídos de ámbitos tan diversos como la física, la historia y las letras, como en la elaboración de modelos educativos fundados en el aprendizaje de los oficios. Las conclusiones son claras: los estudiantes de todas las edades suelen ignorar los temas que les enseñan en las aulas por la sencilla razón de que ellos ya disponen de teorías plenamente acabadas que les ayudan a dar un sentido al mundo, pero que a la vez nadie se ocupa de fomentar o alimentar.