El mundo de las dietas suele estar lleno de espejismos, interrogantes y falsas promesas. Por lo general, asociamos la palabra dieta a la restricción, y no sólo a un régimen de vida, su verdadera etimología.
Las dietas proteicas, que hace años estaban de moda y que fueron seguidas por tantas personas, ya han mostrado su lado más sombrío, así como sus consecuencias nefastas para la salud. Necesitamos saber en qué consisten sus principios, y lo que conllevan las rápidas pérdidas de peso. El asesoramiento profesional, muchas veces soslayado, y la creencia de que unas escasas recomendaciones de un libro o revista serán sufi cientes nos exponen a riesgos desconocidos.
La ansiedad de los logros a corto plazo y las presiones sociales que nos llegan de los estereotipos respecto a la delgadez y la estética cumplen también su papel a la hora de decidirnos a comenzar una dieta adelgazante.
Antes de iniciar cualquier cambio, hay que conocer nuestro cuerpo, y, sobre todo, consultar con un experto que pueda asesorarnos de manera holística, para que las modifi caciones en nuestra alimentación tengan un fundamento realmente sano y equilibrado.
Nuestros cuerpos no deberían ser una masa moldeable a piacere, y sólo una dieta adaptada a las características específicas de cada persona podrá ser adecuada y posible.