En pleno siglo XXI después de Cristo, los hay que quisieran que se reimplantaran los castigos corporales en los centros educativos, o que las niñas fueran a escuelas sólo para niñas y los niños a escuelas sólo para niños; también hay quien cree (o dice creer) que si todos los colegiales fueran a clase vestidos de uniforme se acabarían las clases sociales; otros defienden, como cruzados, que la nota obtenida en la «catequesis» escolar valga lo mismo que las de asignaturas como matemáticas, lenguaje o ciencias naturales. Parece mentira, pero es verdad. De estas y otras antiguallas pedagógicas, defendidas por la carcundia de siempre pero últimamente también por personajes incluso famosos y grupos poderosos, trata críticamente este libro.