Europa es probablemente el continente donde la ocupación humana ha modificado con más empeño el paisaje. Por todas partes, aparecen lugares sagrados, muchos de los cuales fueron primero templos, donde se adoraba a los dioses de la Antigüedad, y cementerios, donde los muertos encontraban su camino hacia el más allá, y se transformaron después en iglesias, catedrales y monasterios, una vez que el cristianismo se extendió por todo el continente y adoptó aquellos centros energéticos como suyos. En este libro queremos hacer un viaje desde la prehistoria hasta lugares que todavía se están construyendo, como un símbolo de que el espíritu que nos ha convertido en lo que somos sigue todavía vivo en nosotros.