Granada ha sabido conservar celosamente las reliquias del pasado, un importtante legado cultural que deja boquiabierto a quien lo contempla. Es una ciudad ideal para perderse entre los barrios, colinas, callejuelas, plazas y monumentos que conforman su decorado. Su rica gastronomía, que se alimenta de la huerta cercana, es un aliciente más para patear la ciudad.
La ciudad transmite una sensibilidad especial que ha inspirado a numerosos artistas. Historiadores orientales y occidentales, escritores, poetas y músicos la han inmortalizado convertida en leyenda. De estas tierras han salido genios de la escritura y grandes músicos la eligieron para vivir. Es una ciudad abierta a Oriente y a Occidente, solidaria y sensibilizada a cuanto pasa a su alrededor.