Una región donde el turismo nunca ha tenido más glamur, desde que a finales del siglo XIX comenzara a llegar la aristocracia europea atraída por un mar azul y los casinos monegascos. Luego poco a poco fue evolucionando, seduciendo artistas y personalidades de todo el mundo, que tuvieron durante la década de 1960 su punto de encuentro en el mítico Saint Tropez. Y si la Costa Azul y Mónaco son el símbolo de la elegancia. Provenza es la cara limpia y natural de estas tierras, una zona donde la apacibilidad del día a día invita auna visita sin prisas, deleitándose contemplando el curso ríos y sus días.
Pocos rincones del planeta pueden enorgullecerse como esta zona de haber recibido a los más importantes artistas. En todos los campos de las artes, del siglo XX; así la imagen de la Costa Azul es difícil de separar de los nombres de Picasso, Matisse, Cocteau, donde además cada uno de ellos ha dejado una importante parte de su obra. Y todo ello sin perder por un momento su elegancia y su encanto