Estamos ante una narración en forma autobiográfica, ambientada en Moscú en vísperas de la revolución, de un joven impelido por "el deseo de conferir a mi personalidad un carácter singular", desde sus últimos años de instituto hasta su reclusión en el solitario universo de la cocaína. Osada, profunda e incómoda, esta novela cuya paternidad llegó a atribuírse a Nabókov y no sería esclarecida hasta 1994 es una novela imprescindible del siglo XX.