El libro arranca con una frase escueta, demoledora: «Tito tiene parálisis cerebral.» Es el primero de los 424 pasos en que se divide este testimonio literario escrito a pinceladas, a fogonazos, sin caer en el sentimentalismo desbordado, sin dejarse arrastrar por la autocompasión. Diogo Mainardi es un periodista y escritor brasileño. Cuando nació su hijo Tito, él y su familia vivían en Venecia y un error imperdonable de la ginecóloga provocó que al niño le faltase oxígeno durante el parto. Lejos de sucumbir a la desolación, el autor se hizo un propósito: «Yo acepté la parálisis cerebral de Tito. La acepté con naturalidad. La acepté con deslumbramiento. La acepté con entusiasmo. La acepté con amor», porque, como dice más adelante: «Tener un hijo con parálisis cerebral es la aventura más emocionante que existe.»
La caída es el relato de esta aventura, la lucha por sacar adelante a Tito, por comunicarse con él, por conseguir que camine, en un recorrido que lleva de Venecia a las playas de Ipanema, a Boston y de regreso a Venecia. Y esta aventura se lleva a cabo con un bagaje cultural que ayuda al padre a entender lo sucedido y a plasmarlo literariamente: desde Proust y su obsesión por la memoria y las analogías con Rembrandt y su hijo, también llamado Tito, hasta Freud, Abbott y Costello, Dante, John Ruskin, Ezra Pound, el videojuego Assassin?s Creed II, los componentes de U2 y su amigo de infancia, Vértigo de Hitchcock, Pietro Lombardo y Tintoretto, Shakespeare, Leopardi, pasando por Neil Young, que también ha vivido la experiencia de tener un hijo con parálisis cerebral... El resultado es un libro bellísimo, lúcido e inimitable que nos habla de la paternidad, del amor, de la voluntad de superación, de la comprensión del diferente y de la pasión por la vida.
«El conmovedor retrato de la relación con un niño y un lugar. Es un libro singular: alternativamente desgarrador, furioso y lírico» (Edmund de Waal).
«Un enriquecedor paseo sin concesiones al lugar común por la paternidad, la parálisis cerebral, la historia del arte y ese misterio cotidiano que es el amor. Un libro sabio, bondadoso y emocionante» (David Mitchell).
«La novela de un amor incondicional. Una historia de todos» (Roberto Ferrucci, Corriere del Veneto).
«Experimental y rebosante de cultura. Veraz y literario. Artificioso y al mismo tiempo de una honestidad y de una sinceridad apabullantes. Lleno de dolor y lleno de felicidad. Vital y con reflexiones rebosantes de sabiduría» (Roberto Cotroneo, Il Messaggero).
«Un libro maravilloso, en el que cada página, cada espacio en blanco, cada párrafo, es una caricia de amor incondicional de un padre hacia su hijo» (Marco Filoni, Il Fatto Quotidiano).
«Un libro conmovedor y hermoso, lleno de rabia y de preguntas, lírico y literario» (Iain Finlayson, Saga).
«Una obra maestra en la mejor tradición memorialística» (New York Times Book Review).