Cuando un alto funcionario de Inmigración es hallado
muerto a tiros en su casa, no faltan los sospechosos, entre
ellos su mujer. Nadie, sin embargo, espera descubrir la
misteriosa huella de la mano de un niño en la casa de un
matrimonio sin hijos.
Jana Berzelius, una joven fiscal, es la encargada de instruir
el caso. Brillante pero fría, al igual que su padre,
un famoso fiscal, Berzelius no se deja impresionar por
el histerismo de la viuda ni por las cartas amenazadoras
que escondía la víctima. Jana es dura, distante, imperturbable.
Hasta que aparece el niño02026; Unos días después
del primer asesinato, en un desierto paraje costero es
hallado el cuerpo sin vida de un menor y, junto a él,
el arma que sirvió para matar a la primera víctima. Al
asistir a la autopsia del pequeño, Berzelius descubre algo
extrañamente familiar en su cuerpo cubierto de cicatrices
y extenuado por la heroína: unas marcas grabadas en la
piel que remiten inmediatamente al tráfico de menores
y que desencadenan en Jana un alud de recuerdos acerca
de su oscuro y aterrador pasado.