Sin Véra, Vladimir Nabokov no habría llegado a ser lo que fue, ni como escritor ni como hombre. Véra fue su
compañera sentimental durante más de medio siglo y ambos formaron uno de los matrimonios más duraderos y avenidos del
mundo de las letras. Para Nabokov, ella siempre fue su lectora ideal, desde el primer poema que le escribió en 1923
hasta la última novela que publicó en vida, dedicada «a Véra». Por eso, leer Cartas a Véra es mucho más que adentrarse
en el laberinto del escritor: es resolver el enigma que se oculta detrás de la figura pública, es descubrir las claves
vitales que convirtieron a Nabokov en uno de los autores más influyentes del siglo pasado. Y es, en definitiva,
disfrutar de algunas de las más hermosas y vívidas páginas privadas que se han escrito jamás.