Martín Guidú tiene que asistir a la jornada de padres de su sobrino Lucas porque su hermano Anakin está en el hospital. Todo debería ser fácil: los padres explican sus oficios a los niños bajo la mirada benevolente de la profesora Natalia Holden. Parece un día sencillo en Caivelan, hasta que descubren el cadáver de una niña muerta, compañera de clase de Lucas. Reunidos en el jardín de la escuela, convertida en el escenario involuntario de un crimen, Martín, Natalia y el inspector de policía Lorenzo Barriuso, tres desconocidos que se verán obligados a resolver juntos el atroz asesinato, se sumergirán hasta las profundidades de la maldad.