Oscar Wilde no conversaba, contaba historias. Ya era famoso por su
brillante talento y afinado ingenio cuando empezó a publicar sus
primeros relatos. Escribió desde conmovedores cuentos infantiles como
El príncipe feliz y El gigante egoísta hasta extravagantes comedias como
El fantasma de Canterville, su obra más publicada, que puede leerse
como una elegante sátira social. En este volumen, los relatos de Wilde se
hallan distribuidos por orden cronológico en tres colecciones, con el
quimérico poema Balada de la cárcel de Reading como colofón.