Hachid es un mendigo que se alimenta con el aroma de las comidas. Un día, el dueño de un restaurante le reclama dinero por haber olido los platos que ha preparado. Al negarse Hachid a pagarle, el dueño llama a un guardia y le exige que les lleve en presencia del Califa. Este, tras oír la reclamación, sentencia que es justa y le pide al mendigo el dinero que lleva encima. Pero el Califa no se lo entrega al hombre, sino que lo hace sonar y le dice que ese tintineo es el pago justo a su reclamación. Cabizbajo, el dueño del restaurante regresa a su establecimiento y el Califa invita al mendigo a una opípara comida.