Álex y Olga sospechan que un intruso de su edificio mueve los hilos (literalmente) de las vidas de los vecinos. Todos han sufrido pequeños " incidentes " con el ascensor, incidentes que han cambiado drásticamente sus destinos. Cuando los dos jóvenes se atreven a investigar el asunto, todas las pistas los llevan al mismo lugar: el entresuelo del edificio, un lugar inexistente en el panel de botones del ascensor. Pero lo que los espera allí podría no ser humano, ni tampoco un monstruo, sino un ser mucho más poderoso. Los deseos de los vecinos se cumplen del modo más siniestro... pero el pozo no concede ningún favor sin recibir un sacrificio a cambio.