Cada tarde, la oveja Catalina
preparaba una taza de chocolate
y se sentaba a leer en su silla favorita.
Los cuentos nos remiten a un lugar en el que la
fantasía es la protagonista. Para entrar en ese
mundo fantástico, no hay nada como una silla
especial en un rincón acogedor.
Pero un día, la silla de Catalina se rompió y la
oveja tuvo una idea: ¡Cambalache!
Silla por taburete, taburete por sofá, sofá por?
Un cuento que esconde otro cuento; una
divertida historia circular en la que los personajes
interactúan en dos mundos fantásticos paralelos,
hasta llegar a un final feliz.