A principios del siglo XVIII, un marino escocés llamado Alexander Selkirk se enfrentó al capitán del navío donde trabajaba y el resultado fue que lo abandonaron en una pequeña isla desierta del archipiélago de Juan Fernández, a unos 700 kilómetros de las costas de lo que hoy es Chile. Contra todo pronóstico, Selkirk no sólo logró sobrevivir en el islote, sino que cuatro años más tarde fue rescatado y devuelto a la civilización. La historia de Selkirk se hizo muy popular en Inglaterra y varias publicaciones dieron cuenta de sus peripecias. Aprovechando la avidez por las historias de náufragos capaces de vencer la adversidad, e inspirándose en las vivencias de Selkirk, el periodista y escritor Daniel Defoe dio a conocer, en 1719, Aventuras de Robinson Crusoe.
Robinson llega a una isla desierta, como consecuencia de un naufragio, a los 27 años de edad y permanece en ella durante los 28 años siguientes, desafiando la soledad y los peligros de la naturaleza y viviendo todo tipo de aventuras, entre ellas las visitas de indígenas "salvajes". El libro es la crónica del encuentro de un hombre consigo mismo y de la capacidad del individuo para sobreponerse a las circunstancias adversas y sobrevivir. A partir de 12 años.
El relato de una epopeya, símbolo de la lucha del individuo contra la soledad, la de un hombre europeo que reafirma en su condición de náufrago sus valores económicos, morales y religiosos, así como la constatación de la falta de igualdad en las relaciones humanas. Versión íntegra, revisada y actualizada. Con ilustraciones de J. Narro. Un clásico de la literatura juvenil, sin duda.