Ante el mosaico de perplejidades sobre los sucesos cotidianos que ofrece este libro, el lector experimenta un sensación de asombro e incomprensión de la realidad. Paulatinamente, las ventanas se van abriendo para dejar pasar al aire del vitalismo ante un gesto de valentía, un atisbo de cariño o libertad, un enfrentamiento a lo obligatorio. Huyendo de versos cargados de conceptos, Aquella mujer que cantaba un blues pretende dibujar visiones con lenguaje abierto a todos, alejado de la ocultación, atento al presente. Con este poemario, Fernando Ruiz de Osma ha obtenido el XXI Premio de Poesía Eladio Cabañero.