Los ángeles que en este libro te deseo, querido lector, querida lectora, proceden del corazón de Dios. Que los ángeles te protejan, estén contigo cuando te sientas solo y abandonado. Que alguno te muestre el camino cuando no sepas ya cómo seguir y que otro te abra la puerta que lleva a tu corazón, a fin de que puedas descubrir en tu interior el lugar en el que el cielo y la tierra se tocan, el lugar en el que Dios en persona habita en ti, preparándote así una morada en la que residirás a gusto, en la que podrás deleitarte en ti mismo y en tu vida, en Dios y en los seres humanos.