Cuando el amor se encarama a las ramas del destino no hay quien lo detenga. Él se llama Romeo, y es un Montesco; ella, Julieta, una Capuleto. Hijos de dos nobles familias rivales de Verona, no lo tienen fácil, pero saben que están hechos el uno para el otro. Una verdad que les ha convertido en los amantes más célebres de la literatura.