Una parodia de la España actual, un retrato irónico del choque entre el mundo rural y la ciudad.
Enrique se instala en una casa familiar en La Cañada, un pueblo de Teruel, para alejarse del ritmo de la vida en la ciudad, montar un huerto colaborativo y olvidar a su exnovia. Hace yoga en el corral por las mañanas, busca quinoa en la tienda, intenta encontrar cobertura en las eras para alimentar su Instagram y monta un taller con sobre nuevas masculinidades. Es -aunque él no estaría a favor de la comparación especista- un pulpo en un garaje, pero se comporta como una especie de extraterrestre en el Maestrazgo o de Quijote moderno.
Para sorpresa de todos, encuentra su sitio, se enamora y se convierte en alcalde del pueblo, dispuesto a resolver algunos conflictos: problemas con las localidades vecinas, el rodaje de una película sobre la Guerra Civil que hace pensar a unos miembros de Vox que la revolución anarquista ha estallado en Teruel, el secuestro de Greta Thunberg durante la cumbre del clima o que una cantante estadounidense utilice en un concierto el traje tradicional de La Cañada, en un caso flagrante de apropiación cultural.
Un hipster en la España vacía es una historia de aventuras y un retrato irónico del choque de la sensibilidad urbana y la visión rural. La Cañada es una galería de excéntricos dotados de una rara humanidad, pero también un microcosmos que refleja los debates centrales de la actualidad con una perspectiva reveladora.
La crítica ha dicho:
«Libro con aires de parodia, entretenido hasta decir basta, irreverente sin hacer sangre, sobre un varón urbano, paladín de la Nueva Masculinidad, sabihondo, dogmático, ridículo, que se instala en un pueblo de Teruel con el noble fin de dar lecciones de modernidad a los lugareños.»
Fernando Aramburu
«Gascón ha divulgado un tema muy popular: su novela Un hipster en la España vacía es el hit de la temporada.»
Schoepp, Sebastian, Süddeutsche Zeitung
«La principal virtud de esta novela es aquello que, en este país donde goza de tanto prestigio la solemnidad pomposa y palabrera, muchos considerarán su peor flaqueza: su humildad, su falta absoluta de pretensiones. [.. Gascón #lúcido analista de la política española# pergeña un retrato demoledor y exactísimo, además de hilarante, de la realidad de nuestro país; también un retrato compasivo: al fin y al cabo, el hipster del título no es más que un tonto entrañable, que es casi lo máximo que se puede aspirar a ser en esta vida.»
Javier Cercas, El País Semanal
«Los progres son los nuevos conservadores. Ejemplos como los anteriores explican el éxito que está teniendo Un hipster en la España vacía. Si todos los nacidos desde los 60 pasamos de la adolescencia a la adultez riéndonos con películas que caricaturizaban a las figuras de autoridad y a los sectores conservadores de la sociedad, ahora Gascón muestra que el caricaturizable es el joven, no el viejo. [...] La estupidez fue la nueva genialidad y por eso nos creímos cuanta teoría incomprensible nos llegó bajo la rúbrica de "posmoderno". Era cosa de no verlas en acción. Algo que ahora será más difícil con la novela de Gascón rondando por ahí.»
Carlos Granes, Clarín
«Los contrastes saturadísimos de estas páginas tienen una gracia de cartoon adulto contagiosa. El conjunto es irreverente, sí, pero más amable que cruel, a condición de que el lector sepa reírse de sí mismo o de su padre cuando llegue el momento de verse reflejados/deformados en algún rasgo.»
Nadal Suau, El Cultural
«La novela es una fiesta. Me he reído sin parar [#] Es azconiana, woodyallenista, truebera. A veces Amanece que no es poco y Oregón TV. [...] novela lleva tanta veloz felicidad que, si saliera una segunda parte con el pandemónium y el delirio covídeo, se agotaría antes que la vacuna.»
Mariano Gistaín, 20 minutos